lunes, 2 de julio de 2012

Un lugar feliz...


Desde Marzo de este año Isabella y Milena, van al jardín de infantes, juntas a salita de 2. La escolarización de mis hijas desencadenó muchos cambios y descubrimientos en nuestra familia. Tantos son, que no me he sentado a escribir desde entonces.
Los cambios son los esperados y los no tanto. Los esperados son las variaciones en las rutinas (que todavía mamá no ha terminado de reacomodar), en la siestas (que ya son prácticamente inexistentes), en los mediodías (que se transformaron en una locura de corridas, peinados y almuerzo a las apuradas) y los que más costaron (el hacerme a la idea que ya no me necesitan tanto como antes).

Descubrimos que Milena es una revolucionaria inquieta, le encantan los juegos físicos  y estar cerca de los varones. Que Isabella es tranquila, obediente y prefiere estar con las nenas. Descubrimos que a pesar del despegue, el comienzo de clases fue un hecho feliz en sus vidas y que no hay día gris, ni rabieta que les impida llegar con una sonrisa en la cara!

Mamá descubrió que en cuatro horas se puede hacer muy poco, pero el silencio ganado es mucho. Descubrió que había un mundo de madres nomultis allá afuera y que tener un solo hijo o más de uno, no es mejor ni peor, es diferente. Descubrió que a pesar de todas las quejas, de los días difíciles, no hay trabajo que haga mejor y que la haga más feliz como el de ser madre.

Isabella y Milena descubrieron que tener un hermano de la misma edad no es tan común como ellas pensaban. Que hay personas que no saben sus nombres y prefieren decirles mellis. Descubrieron que los otro nenes se pueden dar el lujo de volver a casa durmiendo en los brazos de mamá, pero ellas se dan el lujo de volver a casa y seguir jugando con una nena de su edad. También descubrieron que hay papás que en la cabeza tienen pelos y que a la noche no siempre se puede dormir, también se puede tener aventuras y charlar a media lengua.

Hablando en serio, dejando atrás las inseguridades y los miedos que me provocaba el comienzo de clases, hoy puedo decir que ha sido una de las mejor cosas que les han sucedido a mis hijas. Sólo con ver el entusiasmo con el que hablan de sus maestras y sus compañeros, siento que vamos por buen camino…