Para colmo mi embarazo transcurrió durante la pandemia de la gripe A, las asociaciones que promueven la lactancia habían cancelado todos las charlas. Por lo tanto sólo me quedaba la web y los libros. Leí cuanto libro y artículo encontré que sobre la lactancia múltiple y les formulé preguntas específicas a mis queridas multis. El resto se lo dejé a la natureleza... y a la suerte!
Esos libros describían las diferentes posiciones posibles como si hablaran de una clase de yoga. Para mi era chino básico. En todas las ilustraciones se veía a la madre sonriendo. Para variar pensé, NO VOY A PODER! (para variar me equivoqué)
Tenía muchas fantasías, no voy a tener leche, se me van a caer las nenas, no me va a gustar, no voy a poder... Nunca tuve un instinto maternal muy marcado, y ahora resulta que le voy a tener que dar de mamar a las dos juntas !!!!!!!!!!!! NI LOCA!
Cuando mis bebas nacieron las nurce (sin pedir permiso) acomodaron a mis hijas juntas en mis pechos. Más allá del la incomodidad y del dolor inmediatos, nunca me sentí mas plena en mi vida.
Los días que siguieron no fueron fáciles, pero ayudada por un almohadón de lactancia, me las arreglé para darles de mamar juntas cada ves que podía. Les daba por separado cuando estaba sóla y juntas cuando tenía ayuda.
Durante el primer mes les costó mucho subir de peso y yo me angustiaba, pero no me desesperaba. Les daba leche de fórmula, pero sólo lo necesario, lo primero era la teta. El pediatra de mis hijas me apoyaba y guiaba en esta empresa. Me dolía? Me lastimaban? SIIIIIIIIII. Pero insistía con la teta..
Podría decir que era lo mejor para ellas, que las defensas, que los anticuerpos, que el vínculo, que el contacto, todas cosas super importantes. Pero la verdad es que yo necesitaba ese mimo más que ellas!!!!
